miércoles, 21 de octubre de 2009

Lujo y miserias en el Bernabéu


No ocurre muy a menudo pero cuando sucede el espectáculo es grandioso. Son minutos de fútbol desnudo, sin envoltorios. El mayor apuro para los técnicos y el placer más gratificante para el aficionado medio. El entendido frunce el ceño y asiste con asombro al descosido, como si se tratara de una puesta en escena menor, impropia de dos equipos a los que se les presupone pizarra y jerarquía como Madrid y Milan. Y es que la última media hora deparó una locura momentánea ajena a un partido perezoso, más propio de una pachanga entre solteros y casados que a la máxima competición continental. Con un Milan con pinta de vagabundo, jugando al trote, y un Madrid encomendado a los arreones de Raúl.

No parece este Madrid un equipo preparado para los grandes envites. Hasta la fecha ha suspendido ante los equipos más exigentes y sólo Cristiano parece justificar la inversión realizada. Benzema no concibe el juego como un desafío colectivo; juega como si llevara los cascos puestos, no mezcla con sus compañeros y no encaja con un Bernabéu acostumbrado a futbolistas febriles como Raúl. Kaká no encuentra su sitio. Pellegrini le reserva los últimos metros, le pide que se deje caer a los costados y el brasileño juega con pocos espacios.

En defensa los de Pellegrini se descomponen ante equipos que proponen juego por las bandas, ya sean volantes o extremos. Ahí Ramos y Marcelo juegan en el alambre, sin coberturas y expuestos a talentos como Pato, el contrapunto juvenil de un Milan con aspecto de geriátrico. En el costado izquierdo Ronaldinho ofreció un espectáculo bochornoso. Protagonista universal en el Barcelona, de rossonero no es más que una opción secundaria en un grupo sin hambre, de pasado lujoso y miseria presente. Ni rastro del equipo dinámico y competitivo del pasado reciente, este Milan parece un equipo de futbolín.

En este contexto el arreón del Milan en la segunda mitad dejó traspuesta a la afición blanca y a los de Pellegrini, condescendiente hasta ese momento con el declive coral de la escuadra milanista. De repente, el mundo al revés. Casillas dando el cante, Ronaldinho encendido, Pirlo protagonista, Seedorf rejuvenecido y Pato (dos tantos de jugador grande) luciendo su mejor versión tras muchos minutos de ausentismo. 2-3 y punto. El peor Milan que uno recuerdo gana por primera vez en el Bernabéu y tira por la borda la lógica de un deporte voluble, pasional, siempre sorprendente.

jueves, 15 de octubre de 2009

Messi no sale en la foto


En los festejos de la clasificación de Argentina apenas hubo rastro de Messi. Menos aún en el campo, donde se desubicó en un partido áspero, de intensidad prodigiosa que comprometió su encanto. La Pulga no encuentra su sitio y Maradona se muestra incapaz de gestionar el mayor talento del mundo.

Ni siquiera sus compañeros parecen hacer el menor esfuerzo para generar un contexto propicio. Perdido en tierra de nadie, fue un espectador de lujo de maratonianas conducciones, pases imprecisos y exuberantes exhibiciones de empuje ajenas a su juego. Ni pegado a Higuaín, ni retrocediendo a la zona de Verón, ni cayendo al costado de Di María logró enchufarse a una selección tan enérgica como desordenada.

En el Barcelona conecta con el triángulo que forma junto a Xavi e Iniesta. Preside el juego del mejor equipo asociativo del planeta. En Argentina se encuentra en territorio hostil. En un proceso de búsqueda sin nadie al volante. Sin la complicidad de los suyos. Corre una y otra vez. Alza los brazos buscando un pase que nunca llega. Lejos de la portería o rodeado de un ejército de contrarios. Con la exigencia del genio y la impaciencia de la expectativa. Y, mientras, Argentina sigue buscando la foto de Maradona. Una jugada cósmica que desmienta la dirección errante del mito.

martes, 13 de octubre de 2009

El Barça que viene

Marc Muniesa (Lloret de Mar, 27/03/1992): Heredero de Puyol, físicamente un portento, le encanta competir con presión. Esta temporada se ha afianzado en el filial tras una temporada marcada por una grave lesión de rodilla y un desgraciado debut en el Camp Nou donde fue expulsado. Rapidísimo en el corte, elegante con la pelota, demoledor en las jugadas a balón parado, es de esos centrales que agitan la grada con acciones espectaculares. Su mejor virtud es el juego anticipativo y está habituado al estilo Barça que requiere jugar a muchos metros de la portería. Su superioridad física en categorías inferiores, donde ganaba todas las batallas individuales, hace que en ocasiones abuse de este recurso y provoqué desajustes a la línea defensiva. Su evolución lógica es ser un referente del primer equipo. Lo tiene todo.




Thiago Alcántara (Bari, Italia, 11/04/1991): Hijo de Mazinho, internacional brasileño conocido en España por su paso por el Celta, Thiago es talento puro. Un futbolista diferencial capaz de marcarse un pase con el hombro en su primera aparición en el Camp Nou o dar un toque a Márquez en su debut con el primer equipo. Posee una técnica muy particular, con guiños al fútbol sala (siempre pisa el balón cuando recibe) y domina las facetas de los futbolistas grandes: precisión en el control, visión panorámica, tranquilidad en la definición y competitivo en la exigencia. Una lesión en el menisco ha frenado su evolución, aunque se espera que esté a punto para enero.


jueves, 28 de mayo de 2009

Permiso para enloquecer


Los culés tienen desde hace meses una arma verdaderamente eficaz contra cualquier mal: un equipo radiante, un conjunto con aires de Peter Pan, un técnico milagro, la felicidad más pura. Desde ayer además cuenta con el rango que otorga el título de los títulos. La orejuda, el mayor de los premios. Una copa que ha dejado al barcelonismo entre la vigilia y el sueño. Levitando en una historia perfecta más propia de la ficción que de la realidad; como soñar de día y retomar el sueño justo donde lo dejamos al día siguiente.

En Roma los de Guardiola volvieron a rozar la perfección. De nuevo rompiendo moldes, ridiculizando los pronósticos más pesimistas, dejando atrás uno por uno todos los aforismos que acompañaban esta final de leyenda. Puede que por increíble. Quizás por su belleza. Seguramente por ser único. Nadie ajustó en las previsiones para este Barça. Como ocurre a menudo en el arte con las grandes obras, uno no estaba preparado para asimilar su grandeza de buenas a primeras. Hablar de triplete en pretemporada sonaba a boutade desde luego, y hasta hace unas semanas aún ruborizaba a muchos la idea.

Pero a veces las cosas más prodigiosas ocurren. Como ayer. Sin Márquez ni Alvés. Con Touré de central. Frente al mejor equipo del mundo. Con sus mejores jugadores a punto. Y eso que el partido arrancó con mucho de Cristiano y sin noticias del Barcelona. Presionaban los delanteros del Manchester al Barcelona y Valdés lanzaba balones al cielo. Sin noticias de Xavi e Iniesta, menos aún de Messi y Henry, Cristiano limpiaba defensas a su antojo poniendo el miedo en el cuerpo. Como en una falta que enredó a Valdés y anticipaba desastres.

Apenas habían pasado diez minutos y el ManU lograba lo que nadie había hecho esta temporada: quitarle el balón al Barcelona. Pero de nuevo Eto'o, ¡Otra vez, él! salió al rescate en una final tras la primera aparición de Iniesta. El de Fuentealbilla vio luz donde otros intuyen meandros laberínticos. Se coló entre una red de piernas con un arranque sublime y tiró un pase medido a Samu. El camerunés rompió a Vidic y de puntera lanzó un guiño a su tanto de París.

Con el marcador a favor los de Guardiola enterraron temores y se soltaron para ofrecer otro recital coral. El primero en sumarse a la fiesta fue Messi, que esperó su momento para ir creciendo con cada minuto. Filtrando el juego azulgrana como un mediocampista más, tirando paredes con Xavi e Iniesta en un rondo memorable. Atrás Piqué refrendaba su condición de revelación en el mejor escaparte posible. Y arriba Henry mostraba uno de esos detalles que le han convertido en mito: recorte seco a Ferdinand y toque suave que esta vez alcanzaba Van der Sar. Clase y elegancia sin recompensa.

Achuchaba el Barcelona y fruncía el ceño Ferguson, incapaz de dar con la tecla -primero con la entrada de Scholes y Tévez, y luego con Berbatov- para agobiar al Barcelona. Menos aún. Con todo el arsenal ofensivo en la cancha, los ingleses ofrecían una propuesta deslavazada: con el equipo partido en dos y Cristiano perdido en una épica sobreexcitada. Con el ManU desordenado en batallas individuales, al Barça le bastó con una rareza de un enano argentino. Fue cosa de una pulga que se disfrazó del mejor Jordan para quedarse suspendido en el aire y firmar un cabezazo histórico. Puyol roba, Xavi centra y Leo firma el vuelo más hermoso de su carrera. Así. Pim-pam-pum y 2-0 para escribir una de las páginas más brillantes de la historia del barcelonismo. Ahora toca disfrutarlo, los milagros sólo ocurren muy de vez en cuando y este Barcelona lo es.

viernes, 15 de mayo de 2009

Corazón de león


De pequeños todos teníamos algún un amigo como Touré Yaya. De esos que si te metías en líos sabías que simplemente estaban ahí para echarte una mano. Que con su sola presencia podías hacerte el chulo y acojonar al tipo que se encargaba de convertir tu adolescencia en un infierno. Así es este marfileño de 26 años: un antihéroe con cara de bonachón y un corazón enorme.

No busquen interpretaciones sofisticadas, Touré habla más bien poco. Incluso cuando se convierte en el héroe inesperado de una final. "Muchas veces mi mujer me dice que chute un poco más a portería", dijo ayer risueño. "Fue un gol normal. La jugada me salió bien porque avancé y lo único que podía hacer era chutar". Y punto. Que nadie le busque tres pies al gato: Touré se encarga de rebajar su leyenda al terreno de la normalidad.

¿Y la afición del Barça? encantada, claro. Puede que les haya puesto de los nervios esa parsimonia con la que conduce el balón. Esos andares torpes. Pero se ha ganado el cariño a base de esfuerzo. Jugando con una hernia discal. Poniendo el pie en cada jugada. Ejerciendo de fiel escudero de Xavi e Iniesta. Destemplando a Drogba. Rompiendo redes con sus conocidos Yayazos. Incluso se atreve con la botifarra.

Y eso que Guardiola parece empeñado en alejarlo de la portería rival. Primero como ancla en el mediocampo y ahora como central. Muy lejos de la versión que mostró en el Olympiakos y sobre todo en el Mónaco, donde aún recuerdan sus increíbles galopadas. Una barbaridad.

Su próximo reto será Roma donde todo apunta a que repetirá como central. Junto a Piqué. Enfrente estarán Rooney, Berbatov, Tévez y Cristiano. Un examen dificilísimo que la Yaya asume sin miedo y con la mayor de las ambiciones: "Éste es el año del Barça".

jueves, 14 de mayo de 2009

De recreo en Mestalla


Abusón como de costumbre, el Barcelona se llevó la Copa con toda la naturalidad del mundo. Aterró en Valencia el mismo día del encuentro, se vistió de corto y se fue con el título en el bolsillo. Así de sencillo. Certero, claro y demoledor. Esta vez no hizo falta milagro, ni siquiera reparó el equipo en la épica. Le bastó con mirarse al espejo y no desobedecerse para convertir Mestalla en un su recreo. Fue como esos partidos que se juegan en el patio de la escuela y que siempre gana quien escoge a los buenos.

Ni siquiera un inicio inquietante del Athletic -con el tanto de Toquero- alteró a un Barcelona seguro de su suerte, convencido de sus posibilidades y casado con el talento. Lo intentaban los bilbaínos desde la presión a la defensa del Barcelona. Pero Piqué y Touré se iban a los laterales para alejar a los delanteros del Athletic de Xavi. Y claro, con el de Terrassa en su salsa, mascullaban los dientes los bilbaínos y se iba creciendo el Barcelona. Tanto que el Athletic flotaba por Mestalla como un ovni desorientado en una cruzada imposible: quitarle el balón al Barcelona.

Sin embargo fue en una jugada aislada, por obra y gracia de un secundario de lujo, cuando el partido dio un giro decisivo. Fue cosa de un marfileño con un corazón enorme. Tan grande como el golazo que se inventó en una jugada Messiánica. De una fuerza prodigiosa. Tras el tanto el Athletic hizo un clic. Un bajonazo de adrenalina en toda regla tras semanas de grandes expectativas, promesas y sueños felices. Como un puñetazo en la boca del estómago.

Sin concesiones de ningún tipo, los de Guardiola maduraban la trama a su antojo, con toda la transparencia del mundo. Sin medias tintas. Desvelando las angustias e imperfecciones de un Athletic que despertaba del sueño a gritos y reparaba en su destino fatal. Primero con un tanto de Messi que puso patas arriba la segunda mitad. Hizo lo que quiso, cuando quiso y cómo quiso. Sin más. Después Bojan, con un gol muy serio. Cosa fina. Con una definición del mejor Ronaldo, del Henry más delicado. Y finalmente Xavi, encantado de sí mismo, con un golazo de falta.

¿Y el Athletic? en las gradas con un nudo en la garganta, en el campo un tormento. Verlos correr con toda la fe del mundo y todo perdido era conmovedor. Como en esos documentales donde aparece un felino persiguiendo a su presa y conoces su destino pero mantienes la esperanza de que logre escaparse. Con el pitido final, el Barça era una fiesta y el Athletic caía en la cuenta de los sueños rotos. Con Yeste desolado. Con Etxebarría roto. Y con Caparrós hundido: "Pido perdón a los hinchas. Veníamos con la ilusión de conseguir el título, pero chocamos con el aplastante talento del Barça".

jueves, 7 de mayo de 2009

El Barça cambia su historia


Esquivo por lo general con la épica y complaciente con los finales mustios, el Barcelona enterró complejos históricos y refundó su historia en Stamford Bridge. Lo hizo poniendo fin a su habitual afectación. Con toda la crudeza del mundo ante el rival más mezquino.

Su torrencial propuesta futbolística se apagó durante más de noventa minutos pero explotó como un torbellino en el último suspiro. En el 93'. Pura vida. Dolor, vibración y gozo en los pies de Andrés. Andrés Iniesta, claro. Lo puto gusiluz. El ángel de Fuentealbilla. Fueron unos segundos con un nudo en la garganta. Que sí, que no, que quizás. Algo de otro mundo. Probablemente un milagro. La mejor de las noticias. De esas que llegan cuando nadie las espera. Un obús con luz cegadora que aceleró corazones y le siguió un viaje a la felicidad.

A partir de ahí, el mayor de los desparrames y un puñado de lágrimas. Tal cual. Iniesta sacándose la camiseta, Guardiola corriendo como un poseso, y una piña de jugadores azulgranas lanzando guiños al sector culé. ¿Y en las casas? ¿Y en los bares? abrazos cómplices, besos a desconocidos, ojos enrojecidos y millones de gargantas esforzadas. El mundo patas arriba y unos segundos de plenitud incomparable.

Antes, el Chelsea, puso en aprietos como nadie a los de Guardiola. Con la misma receta del Camp Nou. Con el mismo diálogo. A preguntas largas, respuestas cortas. Con el Barcelona yéndose por las ramas, divagando en el toque, Essien se inventó un disparo majestuoso, seco y demoledor como el propio Chelsea. Lo intentaba una y otra vez Iniesta sin suerte. Se embarullaba Messi. Se agobiaba Eto'o. Aguantaba el chaparrón Touré. Y aparecía una y otro vez el mejor Valdés que uno recuerda.

Sin rastro del Barcelona, el Chelsea fortificaba su defensa y tiraba pases a Drogba y Anelka con todo el peligro del mundo. Tanto que expuso todas las vergüenzas del árbitro Tom Henning, mal en la expulsión de Abidal e incapaz de pitar un penalti claro de Piqué a Anelka. Hasta que apareció Iniesta, ¿quién sino?, para lanzar un pase a la red de Cech, recuperar nuestra fe y abrir todos los caminos a Roma. Un resquicio de talento tan grandioso que uno no puede dejar de disfrutar a sabiendas que con cada escucha, con cada visionado, se va apagando esa mecha bulliciosa de las primeras veces.


miércoles, 6 de mayo de 2009

Arsenal de Cristiano


Cristiano Ronaldo se gusta tanto que genera adhesiones y rechazo por igual. En el campo se sabe el rey del mambo y fuera de él es igualmente ostentoso. Ante el Arsenal volvió a reivindicar su rango en Europa y dio carpetazo a la leyenda que le persigue de jugador menor en los grandes envites. Fue un verdadero demonio, un abusador en toda regla para un Arsenal aniñado, abrumado por el juego coral de un ManU maduro en defensa y con instinto asesino en ataque.

No hay otro Cristiano y tampoco hay otro Manchester. El portugués es ahora mismo el futbolista más decisivo de la Champions. Cuando recoge el balón suenan tambores de guerra. Se arranca a correr y los rivales doblan las rodillas. Y el ManU domina como nadie todos los registros. Cuando atacan lo hacen en manada. Y en defensa no hay otro tan generoso en el esfuerzo. Es ante todo el grupo más maduro de la competición. Mantiene su fútbol de arreones de siempre, pero ahora es mucho más: sabe calentar o enfriar el partido cuando le conviene.

Los números de Ronaldo fueron tan implacables como el repaso de los de Ferguson: marcó dos tantos y dio otro. Fin. 1-3 y adiós al sueño del Arsenal más estilista de los últimos años. El de los Cesc, Nasri, Van Persie, Walcott y Adebayor. No hubo milagro, sólo la confirmación de un equipo insaciable con el éxito y poderoso como pocas. Ahora les aguarda Roma. Se lo han ganado a pulso.

martes, 5 de mayo de 2009

La Pérfida Albion


El Chelsea se ha convertido en los últimos años en poco menos que el mal para el aficionado culé. En Barcelona existe un pensamiento único sobre la idea del buen fútbol, sólo concebido desde el trato delicado al balón y el Chelsea es un rival especialmente cruel con el lirismo. Es mezquino con los errores del rival, ávido en los rechaces, enérgico en la destrucción, demoledor arriba y avaro con el marcador a favor. Como dijo en su día Sacchi "si nadie juega bien, el Chelsea siempre gana". El miércoles aplicará todas sus herramientas para desnaturalizar al Barça:

Ritmo Premier Sólo ocurre en la Premier. Es puro vértigo. Los partidos se agitan a base de defensas y delanteros, sin rastro de medios. Se enciende la mecha con transiciones de vértigo y todo se pone patas arriba. En ese contexto de ida y vuelta el Barça está muerto. No tiene físico y sin el balón es un equipo muy vulnerable. Seguro que habrá 20 minutos de agobio. Si el Barça no sale muy mal parado (Valdés debe mostrar su mejor versión) tendrá opciones. El balón ha de rodar por abajo. Xavi e Iniesta deben filtrar el partido. Desactivar el juego directo a base de paciencia.

Balones aéreos Aunque Guardiola defiende los números del equipo esta campaña en jugadas a balón parado, las sensaciones no son nada buenas. El primer gol del Valencia, los dos del Bernabéu... con gente como Terry, Ballack y Drogba cualquier despiste será muy penalizado por los blues.

Físico, choque, segundas opciones El Chelsea es probablemente el equipo más físico de Europa. De Cech a Drogba pasando por Terry, Essien o Ballack. En un partido inspirado esa intensidad es pura demolición. Energía nuclear para un mediocampo con Iniesta y Xavi. El Chelsea buscará el choque con balones a Drogba. De ahí espera sacar segundas opciones para Anelka, faltas en la frontal y evitar la presión arriba de los delanteros culés. La presión del Chelsea empezará arriba. A los dos centrales del Barça (Piqué y Cáceres o Abidal). Alves deberá oxigenar la salida de balón del Barça. Xavi debería retrasar su posición para mejorar la circulación y Messi sumar en la media como hizo en el Bernabéu.

Stamford Bridge "El gran problema para el Barça serán las medidas de Stamford Bridge, allí cada pase largo es una ocasión de gol", lo dice Cesc, que lo ha vivido en primera persona. Y lo sabe bien el Barça que sufrió 30 minutos de una intensidad abrumadora hace unas temporadas. Las bajas de Puyol y Márquez en este sentido son la peor de las noticias para Guardiola.

Henry o Keita La presencia de uno u otro cambiará mucho la cara del Barça. Con Henry el Barça mejora en juego sin balón, en pegada e intimidación. Con Keita pierde posesión (Iniesta jugaría arriba) y gol, pero mejora en la recuperación. Sin Keita el Chelsea atacará a Xavi e Iniesta con marcajes al hombre y mucho contacto.

Cáceres Hiddink seguro que prepara algo. Sabe que el uruguayo acostumbra a ser un foco de problemas. Falto de cuajo para la máxima exigencia, el Chelsea tratará de forzarlo para que cometa errores a base de presión y buscándole la espalda con balones largos. Si juega Abidal de central, el Barça mejora en experiencia pero visto lo visto en la última Eurocopa no es ninguna garantía.

lunes, 4 de mayo de 2009

Gloria Aeterna


Minuto 19. Puyol alza el brazo. Xavi le tira un guiño. Piqué hace la pantalla a Metzelder. Xavi centra preciso. Silencio en las gradas. Se levanta Puyol. Cabezazo a la red sin oposición... y catarsis: Puyol persiguiendo la felicidad, besando la senyera del brazalete, lanzando puñales al enemigo eterno, en el Bernabéu. Puro placer azulgrana. Historia viva. Fin a la resistencia y estruendo culé.

Era de justicia que el destino le reservase un momento de gloria eterna. A Puyol, claro. El único futbolista que se dejó el alma en el vestuario mientras Rijkaard se descomponía y los cracks se abandonaban. El mismo que corre en cada balón con la mandíbula desencajada. Con el ceño fruncido cuando todo el mundo se encoje de hombros.

Por eso todo el barcelonismo remató de cabeza ese centro de Xavi que Puyol envió con furia a la portería de Casillas. Fueron unos segundos de trance y un final de leyenda. Ocurrió con el empate en el marcador. Con el Madrid hipnotizado por el tuya mía azulgrana en un rondo tántrico. Con el corazón en un puño los blancos y enérgicos los culés. "La temporada pasada fue uno de los peores dias de mi vida y esta ha sido la mejor noche de mi vida", dijo Puyol aliviado.

Luego vendrían cuatro goles más en clave azulgrana en una goleada histórica, vertiginosa en lo emocional como corresponde a este tipo de envites, y desde luego terapéutica para el Barcelona tras dos años de desengaños. El gol de Puyol tampoco pasó desapercibido en Francia donde l'Equipe resaltó así un tanto que perdurará en los anales de la historia azulgrana:

Puyol a donné l'avantage aux Blaugrana[...] qui a fêté l'événement devant le peuple de Castille en embrassant goulument son brassard aux couleurs de la Catalogne, encore un symbole


jueves, 30 de abril de 2009

Esperando a Rijkaard


"Desafortunadamente, tengo la sensación de que llevo dos o tres semanas despidiéndome y ya he dicho todo lo que tenía que decir". De estas palabras de Frank Rijkaard, el día de sus adiós azulgrana, han pasado más de once meses. Desde entonces casi no ha dicho ni pío. Apenas se conoce su opinión sobre el Barcelona y mucho menos su futuro.

Esquivo con los focos, Rijkaard sigue agazapado en su propio mundo, instalado en esa filosofía de vive-y-deja-vivir que tanto caló en la afición culé. Todo el ruido sobre su futuro viene de fuera. Él se mantiene en un segundo plano, tan elegante como de costumbre. Es el Frank humilde de siempre. El tímido que se escondía en la última fila del avión con Holanda para fumar. El mismo tipo que Cruyff definió como "bien persona" cuando Laporta le preguntó sobre la conveniencia de su fichaje.

Esta misma temporada pudo regresar a la élite en el banquillo del Chelsea, pero desechó la posibilidad de relevar a Scolari. Su presente es un año sábatico. Se le ha visto por Barcelona (tiene casa en Pedralbes), Amsterdam, Mónaco y Los Ángeles. Un paréntesis muy necesario tras un 2008 de torbulencias en su vida personal -una separación- y profesional, con su salida del Barcelona.

¿Y el futuro? desde luego ofertas no le faltan. El Milan es su destino preferido, aunque Ancelotti aseguró recientemente que no se mueve. El Chelsea, que necesita un nuevo técnico para la próxima temporada, es otra posibilidad que coge más fuerza que nunca. Pero Frank de momento no se pronuncia. Toca esperar.

miércoles, 29 de abril de 2009

Bailando en la oscuridad


Oscuro. Así se volvió el partido en el Camp Nou porque el Chelsea decidió llevarlo al terreno de las trincheras. Ante el mayor desafío ofensivo posible, el cuadro inglés plantó un escuadrón defensivo desalentador. Aplicaron los de Hiddink todas las estrategias del arte de la guerra. "Evita el combate que no puedas ganar", pensaría el técnico holandés. Y el Chelsea se aplicó en atacar los planes del enemigo, en desactivar al Barcelona a base de cemento.

Si como muchos sostienen las guerras se basan en el engaño, este Barcelona tiene todas las de perder. Porque este equipo es tan transparente como su técnico. No engaña a nadie. Ayer siguió aferrándose a su estilo. A pesar de que el Chelsea se cargó de un plumazo la promesa de una noche inolvidable. Con nueve guerreros por detrás de la pelota desempolvaron el recuerdo de las últimas visitas del Manchester y el Liverpool.

Habían pasado 30 minutos y no había rastro de catarsis. Sin noticias de Messi y con Xavi maniatado por la marca de Essien, el Barcelona se embarullaba una y otra vez en una red de ayudas defensivas. El Chelsea tensaba a un Barcelona angustiado y disparaba contra el lirismo culé, incapaz de refundarse ante la crudeza blue. Era un espectáculo de lo más mezquino en el que Drogba dispuso de una doble oportunidad que Valdés solventó con firmeza.

Con el partido agarrotado en los subsuelos del fútbol, el Barça se enchufó a la segunda mitad con todo el empeño del mundo. Convencido que el partido le daría una segunda oportunidad para mostrar su mejor cara. Pero se topó de nuevo con un muro. Un penalti no señalado a Henry encrespó a la grada y aceleró el encuentro.

Lo mejor ocurriría al final del encuentro cuando, como suele suceder, coincidió el pico creativo local con el mayor desgaste visitante. Bojan primero y Hleb más tarde, en dos ocasiones, pudieron quitar hierro al desengaño general, pero añadieron unas gotas más de dramatismo. Ahora aguarda Stamford Bridge -con permiso del Bernabéu- donde se espera que se rompa el juego de los equilibrios porque el Chelsea necesita acercarse a Valdés. Del Barça no hay dudas: "Seremos valientes en Londres. Mientras yo sea el técnico saldremos siempre a por el partido", avisa Guardiola.

martes, 28 de abril de 2009

Una oportunidad para ser feliz


Hay días donde te levantas con un cosquilleo en la tripa. Los aficionados al fútbol saben de lo que hablo. Es una sensación grandiosa. Sabes que se viene algo grande y fantaseas con la idea de cómo te gustaría que sucediera. Te imaginas un guión de los clásicos. Nada de experimentos lyncheros. Quieres chicha de la buena. Una historia trepidante, un enemigo como Dios manda, un giro inesperado, un héroe y, claro, un final feliz. Se te acelera el pulso pensando en un gol en el último minuto y te acojonas con la posibilidad de lo peor.

Son esos partidos. Es un Barcelona-Chelsea. Es un clásico de la Champions. Una oportunidad para ser feliz. Porque la gente que es futbolera sabe que este tipo de encuentros tienen un poder curativo sólo comparable a un polvo memorable o una cena redonda con la mujer que llevas esperando toda la vida.

Cómo dice Nick Hornby "hacer el amor es una actividad mucho más grata que ver un partido de fútbol pero en condiciones normales no engendra sensaciones tan intensas como las que produce ganar el campeonato en el último minuto". Y lo de esta noche va de esto.

Si además tu equipo juega el fútbol más hermoso del viejo continente merece la pena coger un tren tan peligroso como el Barça-Chelsea. A pesar de que augure sobresaltos. Aunque se convierta en un viaje desolador. Siéntate en el sofá, coje las cervezas más frías de la nevera y déjate llevar por el himno de la Champions. Cómpartelo con gente como tú. Toca disfrutarlo. Mañana quién sabe.

lunes, 27 de abril de 2009

¿Qué ocurre con Gai Assulin?


Nadie en el filial azulgrana posee su talento. Algunos técnicos incluso vaticinan con la boca pequeña que es lo más parecido a Messi que hay en la Masia. Pero Luis Enrique no le da bola. Lastrado por las lesiones gran parte de la temporada, incluso ahora que lleva semanas entrenando con normalidad sólo cuenta como revulsivo. Y muchos en el club ya se temen lo peor: la salida de otro talento como ocurriera el pasado verano con Iago Falqué.

La historia viene de lejos. Concretamente desde la pretemporada del primer equipo cuando el internacional israelí se cayó de la lista de Guardiola. Assulin no encajó bien la decisión del míster y llegó tarde al B. "Todos tienen los mismos días de vacaciones y Gai y Emilio no están. Tal vez el club sepa por qué", aseguro entonces Luis Enrique. Aún sin la nacionalidad española, Pep prefirió probar entonces con futbolistas como Pedro, con los que sabía que podría contar de inmediato.

Desde entonces varias lesiones, apariciones fugaces con el filial y algún entreno con el primer equipo. Luis Enrique prefiere por ahora a extremos como Pedro o Jeffren, más hechos para una categoría como la Segunda B, aunque con menos potencial. Y Assulin sufre: sin la confianza del técnico y viendo muy lejos la posibilidad de llegar al primer equipo.

Desde luego cualidades no le faltan: posee un arranque demoledor y un instinto increíble para el regate. Cuando agarra el balón gambetea al más puro estilo Messi. Al igual que Leo parece más rápido con el balón que sin él. También cuenta con un gran parecido físico: apenas gesticula, parece poca cosa pero tiene un tren inferior poderosísimo. No hay quien lo tire cuando se acerca al área. En Inglaterra varios clubes sueñan con él y, mientras, en Barcelona se lo pierden.

domingo, 26 de abril de 2009

Diez nombres del Valencia-Barça


  • Villa No fue su mejor noche pero le bastó para intimidar a la zaga azulgrana. Rondando el fuera de juego permanentemente, su juego entre los centrales desordenó a los de Guardiola. No marcó pero fue un puñal para el Valencia.
  • Puyol Desde que volvió de la lesión está pero no está. Por Mestalla mostró sus peores defectos: acelerado en la marca y torpe con el balón. Su entendimiento con Piqué quedó en Mestalla de nuevo en entredicho. Por estado de forma no debería ser la pareja de Márquez ante el Chelsea.
  • César Un meta que en su momento le discutió la titularidad a Casillas debe ser un valor seguro. El Valencia ha acertado con su fichaje tras meses de dudas con Hildebrand, primero, y Renan más tarde.
  • Messi Lejos de sus mejores noches, no cogió la onda del partido en ningún momento. Jugó más atropellado que de costumbre y se tensó tras un par de acciones individuales sin acierto. En la Champions se espera su mejor nivel ante la ausencia de Cole.
  • Marchena Su gestualidad enciende a cualquiera, incluso a sus propios compañeros. Ante el Barcelona dio un recital bochornoso protestando en todos los percances del partido.
  • Henry En ocasiones parece un treintañero jugando una de esas jaranas de solteros contra casados. Poco importa si el partido está a mil revoluciones, Henry siempre mantiene ese trote cochinero tan desesperante. Pero pese a todo se mantiene como un jugador competitivo por su inteligencia en el juego. En Mestalla dio un clínic de posicionamiento y firmó otro tanto decisivo. Y van...
  • Silva Es la luz del Valencia. El futbolista que hilvana todo el juego ofensivo. Ante el Barça vivió un intenso duelo ante Busquets y Keita, y salió ganador en la mayoría de batallas. Tiene el talento para ser un Top-5 de la Liga pero no se lo cree. Demasiada horchata y poca saña.
  • Xavi Guardiola lo cambió porque "no estaba fino". Xavi jugó uno de esos partidos donde se borra del fútbol de alcantarillas; del de pelotas divididas, del de faltas tácticas y repasa con la mirada las contras de las rivales. Ante el Chelsea no podrá tomarse esas licencias.
  • Vicente Salió al final de todo como un figurante más. Así es el presente de uno de los extremos más demoledores que uno ha visto. Vicente es el pupas del Valencia. Le faltan horas de fútbol y le sobran lesiones.
  • Gudjohnsen Es el futbolista menos Barça de la plantilla. Pesado (le sobran quilos desde hace meses, incluso años), torpe en el pase en corto y útil a la contra. Sus últimas actuaciones habían sido una nulidad pero ante el Valencia dinamizó el juego entre líneas culé. Tuvo el gol de la victoria pero se le escapó su momento de la temporada.

sábado, 25 de abril de 2009

Lo mejor para Cesc


Hay futbolistas que definen la identidad de un equipo. Jugadores que te aseguran una forma de jugar reconocible y un modelo duradero. Es el caso de Cesc Fábregas, un mediocampista abonado al juego de combinación con duende para el pase y ángel para el gol. Su presencia en el Arsenal es capital para el juego de los gunners, pero este verano podría cambiar de aires. ¿Cuál sería la mejor opción para él? Cesc se mueve en tres escenarios:

Seguir en el Arsenal En ningún otro sitio se le valora tanto. Para la afición gunner Cesc es uno de los suyos. Llegó con 16 años como un desconocido de nombre impronunciable y se ha convertido a los 21 en Fábregas, su capitán y uno de los mejores del mundo. Con Wenger de mentor futbolístico y padre espiritual, no hay dudas a nivel individual: si se queda seguirá siendo una pieza básica. Pero a nivel colectivo nadie le asegura títulos. Ni en la Premier ni en Europa. El Arsenal se ha convetido en el eterno aspirante, un equipo juvenil de los más estético pero falto de cuajo para los grandes compromisos. Una versión menor del Barça.

Destino Barcelona Es su casa. Donde se formó y el equipo de su corazón. Cesc es culé y, su juego, la viva imagen de la tradición azulgrana de cuatros. En el contexto actual sin embargo no sería un futbolista diferencial en el Barcelona. Con Xavi e Iniesta, incluso con Busquets, su papel sería de secundario de lujo, un rol que desempeña con España y que desde luego no le sienta nada bien. Cesc necesita sentirse importante, el juego debe filtrarse por sus botas y eso ocurriría en contadas ocasiones en el Camp Nou. Las opciones de jugar pasarían por adelantar la posición de Iniesta y compartir mediocampo con Touré y Xavi. La opción más recomendable para él sería esperar dos años y aterrar en el invierno futbolístico de Xavi.

Destino Madrid Hay seguidores culés que ven con buenos ojos que el Barça pague un dineral -aunque sea para calentar banquillo- para no verle de blanco. Porque para el Madrid su fichaje representaría dar con el modelo. Para Cesc también sería la mejor opción si decide irse este verano. En el Bernabéu sería el líder del mediocampo y uno de los futbolistas mejor pagados del mundo. Aterraría en una liga que casa con sus características y en un equipo acostumbrado a la abundancia. Con opciones reales de títulos, con un proyecto de lo más ambicioso y una afición que le espera con los brazos abiertos.

viernes, 24 de abril de 2009

Pepe, en el diván


En el Madrid lo sabían. El propio Pepe comunicó al club hace unos meses que estaba siguiendo una terapia para gestionar mejor sus impulsos. Por eso su disparatada acción ante Casquero desencajó a sus allegados. Sobre todo por el momento. Justo cuando parecía más sereno, lejos de los arrebatos de principio de curso.

Fue una escena horrible. El peor anuncio posible para Pepe. Ni siquiera la repetición de las imágenes ha rebajado el impacto de un episodio de violencia delirante. Con un hombre en el suelo boca abajo y otro pateándole con toda saña del mundo. "Puedes ser una persona fantástica, pero si vas a 5.000 revoluciones saltas y acabas petando como un coche", asegura Imanol Barrondo, ex del Rayo y especialista en tutorías deportivas, en El País.

Es una forma de verlo, los que hayan jugado alguna vez un partido saben que hay momentos de cierta desconexión: la frustración genera respuestas desesperadas. No hace falta demasiado para encender la mecha. La mayoría de futbolistas que han protagonizado episodios parecidos aseguran que no se reconocen en las imágenes. Pero reinciden una y otra vez.

En el caso de Pepe sorprende aún más porque es uno de los futbolistas más livianos del Madrid: cercano con el aficionado, jovial con sus compañeros y humilde en sus declaraciones. Pero en el campo se transforma como ocurrió frente al Getafe o ante la Roma cuando perdió el control de nuevo. Por eso se ha puesto en manos de un especialista.

Una terapia donde se entrena mentalmente al futbolista para rebajar la adrenalina en situaciones de riesgo y mejorar su convivencia con la frustración. Para ello se aplican técnicas de relajación y se trabaja con las ideas del paciente para lograr un pensamiento más positivo. Es lo que le espera ahora a Pepe: mientras los suyos se estén jugando la Liga él jugará otra batalla en el diván.

jueves, 23 de abril de 2009

Un camino de rosas


Llegó el Sevilla al Camp Nou con un Barcelona tensado, impaciente por aflojar un Madrid encendido. Y se fue como comparsa de un rondo memorable. Fue tan dócil el equipo andaluz que el Camp Nou apenas reparó en la ausencia de Messi y saludó con ganas la Diada de Sant Jordi. De nuevo firmó una delicia para saborear como los grandes hitos cinematográficos. Sin prisas, en pantalla grande, en buena compañía.

A veces da la sensación que los rivales se colapsan con la puesta en escena del Barcelona. Y en esas arrancó el Sevilla, sin enterarse de nada y con un sonrojante gol de Iniesta en contra. Sin mediar palabra y abrumado por la superioridad azulgrana. Jugaban los de Guardiola a pedir de boca: tirando paredes, cortando arriba; precisos en el pase y moviéndose como demonios sin balón.

Con Touré como ancla y Xavi dinamizando el partido. Con Iniesta arriba disfrazado de Messi y dejando detalles de superclase. Como en el segundo gol, obra de Eto'o tras un jugada madurada por el propio Andrés. Un guión que no por repetido esta campaña sigue asombrando desde un punto de vista estético.

Aún destemplado por la tunda de la primera mitad, los de Jiménez siguieron levitando por el campo tras el descanso. A verlas venir y con los brazos bajados. Sin noticias del equipo canchero y temible que anunció en Europa el extravío del Barcelona de Rijkaard. Y en medio de ese desplome Xavi se marcó su particular homenaje con un gol desde fuera del área.

Para cerrar el paseo azulgrana Henry anotó uno de esos tantos que definen las dinámicas de los equipos. El francés quiso pasar el balón y marcó un gol de campanillas. Se le escapaba la sonrisa a Henry. Y el Camp Nou asistía despreocupado al final de la función; enamorada de los suyos en vísperas de una jornada muy dada al romanticismo.

martes, 21 de abril de 2009

El extraño caso de Gonzalo Higuaín


En Madrid ya nadie le discute. En Argentina centra todos los debates. Con los blancos suma 16 goles y siete asistencias esta temporada en Liga. Con la albiceleste ni siquiera va convocado. Es el extraño caso de Gonzalo Higuaín, un futbolista con el que Maradona no cuenta por "razones extradeportivas", según dicen en Argentina.

Su relación con la selección empezó con mal pie cuando en 2006 fue citado por Francia. Higuaín, que nació en Francia porque su padre jugaba en el Brest, decidió pensárselo antes de decidir. Y claro en un país como Argentina, donde el pueblo se aferra a las ilusiones deportivas para olvidar sus penumbras, la indecisión de uno de los suyos fue digerida como un verdadero desplante.

Un año más tarde El Pipita volvió a tensar la cuerda con la Federación Argentina de Fútbol y se borró del Mundial Sub 20: "A la Copa América, con los mayores, voy. Al Mundial de juveniles, no: para eso, prefiero irme de vacaciones". Desde entonces no han habido noticias de Higuaín en la albiceleste. Se dice incluso que el núcleo de jóvenes, capitaneado por Agüero y Messi, no lo quieren ver en la selección. Otro apunte: en el Madrid Gago se negó a participar en un reportaje conjunto con él.

Y mientras en el Bernabéu no deja de asombrar con actuaciones cada vez más resolutivas. Este Higuaín ya no es el joven que llegó a Madrid con problemas de ansiedad cuando se acercaba a la portería. "Todos los delanteros pasan rachas. El gol es algo que también se trabaja. Esta temporada voy a estar más sereno porque la pasada he tenido muchas situaciones de gol y por precipitarme no las he convertido", dijo el año pasado.

Y ahora ha mejorado en todo: participa en el juego de asociación, es capaz de crearse sus propios goles, es más físico y posee la pausa necesaria para definir mejor. Además tiene duende para aparecer en los minutos calientes. En el descuento, en partidos decisivos, como corresponde a los mejores delanteros blancos de la historia. Por eso el Bernabéu lo cuida. En Argentina, en cambio, aún lo ven como un extraño.


lunes, 20 de abril de 2009

Romario, Ronaldo, Rivaldo o Ronaldinho: ¿Cuál fue el mejor de azulgrana?


Un futbolista de dibujos animados Así definió Valdano a Romario tras asistir a una demostración celestial del brasileño ante el Tenerife. Y no era para menos: aquel astro de mirada ausente era como un ángel caído del cielo. Podía pasarse todo el partido sin decir ni pío para regalar en un minuto una obra majestuosa, un detalle de genio, un arranque de talento puro. La cola de vaca a Alkorta, la vaselina de El Sadar o el globo memorable ante la Real. Uno no recuerda a nadie tan frío en el área, tan delicado en el remate y tan imprevisible en la maniobra. Fuera del campo todo parecía importarle poco o nada. En el vestuario apenas reparaba en sus compañeros y cuando terminaba el entreno dormía. Luego se despertaba y salía de fiesta. En el Barcelona apenas lo disfrutaron una temporada y media, suficiente para recordarlo como una verdadera leyenda del gol. Un milagro irrepetible.


Un extraterrestre pasó por Compostela "Imagínate que le pides a Dios que te convierta en el mejor futbolista del mundo...y que te escucha", así rezaba un anuncio de Nike con las imágenes de Ronaldo humillando a todos los futbolistas del Compostela un doce de octubre en la séptima jornada de la Liga 1996-97. Fue de otro planeta. Una demostración de superioridad tan escandalosa que ni siquiera él mismo pudo volver a repetir. Nunca más se vio una versión como esa de Ronaldo y no ha habido otro delantero tan demoledor. Era sencillamente el ariete perfecto: un tren de alta velocidad con precisión alemana. Una manada de atletas con técnica maradoniana. Ese año Ronaldo puso en duda el trono de Maradona, de Pelé o de Cruyff. Nadie recuerda nada igual.


El brasileño tímido Nunca tuvo carisma. Todo el atrevimiento que demostraba en el campo se convertía en timidez fuera. Así era Rivaldo. "El mejor extranjero de la historia del Barcelona", según Rexach, no logró conectar con la grada del Camp Nou pese a tirar del carro durante años. Coincidió con Van Gaal quien, contra toda lógica, lo colocó en el extremo y logró sacar la versión de Rivaldo más conciliadora con los intereses del equipo. Cosas del fútbol. Ahí no mostró la versión alegre del Deportivo pero se convirtió en un goleador fiable y un asistente valioso. Rivaldo sólo tenía la pierna izquierda -la derecha apenas le valía para apoyarse- pero le bastaba para ser el mejor del mundo. En el Camp Nou no han visto una folha seca más eficaz. Para el recuerdo también dejó una chilena de otro mundo ante el Valencia.


La sonrisa del Camp Nou Llegó con toda la alegría del mundo a Barcelona y se encontró un club en reformas, un equipo sin ánimo y una afición deprimida. Aterró en el Camp Nou con gesto surfero, ajeno a cualquier crisis, y logró con ambición y genio levantar un muerto. Demostró ya en su primera temporada las mejores virtudes del futbolista brasileño. Técnicamente perfecto, uno no recuerda un jugador con tantos recursos: bicicletas, controles imposibles, elásticas, espaldinhas... el Camp Nou se convirtió en el mejor escaparate posible para ver qué inventaba cada noche Ronaldinho. Sólo él ha logrado que el Bernabéu se levantara para aplaudir un futbolista culé.

viernes, 17 de abril de 2009

Diez razones para vender a Valdés


  • Porque el Barcelona tiene a los mejores futbolistas en todas las posiciones excepto en la portería. Que sólo Casillas y Buffon están por encima es un mito. Hay otros metas como Julio Cesar, Cech, Van Der Sar o Frey mejores técnicamente y que marcan la diferencia.
  • Porque termina contrato y este verano aún se podría hacer caja. El Milan busca portero (Dida está en la cuesta abajo y no se confía en Abbiati) y si Rijkaard es el técnico podría ser un buen destino. Se habla de 10 kilos, una cantidad razonable.
  • Porque pide un sueldo que no se corresponde a su rango en Europa. Más de seis kilos por temporada es sueldo de estrella y el impacto de Valdés en el equipo no es ni por asomo el de los cracks del equipo.

  • Porque el meta de un grande no debe parar sólo lo parable. Decía Rexach que un portero principalmente no debe meterse balones dentro. Pero el del Barcelona debe dar puntos y aparacer cuando nadie le espera, en esos balones que son goles seguros. ¿Cuántas veces hemos escuchado con Valdés eso de que "no podía hacer nada"? Si siempre está vendido, ahí hay un problema por mucho que el sistema del Barcelona invite a ello.

  • Porque de un gran portero se espera que aparezca en la máxima exigencia. Y a Valdés hay que reconocerle su mérito en la final de París, pero cuesta recordar actuaciones memorables en partidos grandes.

  • Porque pese a sugerir mucho potencial en sus inicios (especialmente en su etapa en el filial azulgrana) se ha estancado en los últimos años. ¿Es mejor o peor el Valdés de ahora que el de París?

  • Porque es un futbolista que sólo puedes tener en la plantilla si es como titular. En su etapa con Van Gaal ya demostró que no es precisamente un activo para hacer piña si no es como protagonista en el equipo. Como segundo portero podría ser un problema.

  • Porque cómo dijo Matthäus es el punto débil del Barcelona y le faltan recursos. Duda en las jugadas aéreas, apenas usa las piernas y los pies para parar y cubre mal en la mayoría de situaciones de juego.

  • Porque no ha conectado con la grada del Camp Nou y una gran mayoría de aficionados no confía en él. Tiene buena cabeza y de momento lo soporta pero las antipatías pueden crecer con el tiempo hasta volverse una situación insostenible.

  • Porque su agente Ginés Carvajal es uno de los representantes con más peso en el Real Madrid y se ha equivocado con las declaraciones sobre su renovación.