miércoles, 24 de septiembre de 2008

Cissé: la enésima oportunidad



La vida de Djibril Cissé baraja todos los ingredientes necesarios para un buen guión cinematográfico: ambición desmedida,tragedia, fracaso, resurrección... y sobre todo una compleja personalidad que ha contribuido a cimentar un perfil de futbolista excéntrico. Sus numerosos tatuajes y controvertidos peinados, además, han subrayado su imagen de enfant terrible del fútbol francés. "Tengo muchas cosas que demostrar... soy una persona orgullosa, un luchador", así se define el ariete, y hay razones para creerle. No en vano, con sólo 26 años ha sufrido la crudeza de las lesiones más graves por partida doble: en 2005 se fracturó la tibia y el peroné de la pierna izquierda con el Liverpool; y más tarde el infortunio le tendió un nuevo revés con la misma lesión en la pierna derecha. El hecho de que siga en activo (llegó a temer por la retirada) sólo se explica por su extraordinario físico y un ego a prueba de bombas. Ya en su etapa en el Auxerre coincidió con Guy Roux, un padre para él pero también su principal azote: "Es la persona más importante de mi carrera. Todavía hablamos por teléfono. Es muy estricto, pero necesito que sea así. A veces me dice: 'pareces estúpido', o 'dónde vas con esos zapatos?', pero sólo bromea, en realidad le encanta mi pleo", asegura entre risas.
Hijo de padre futbolista (fue el capitán de Costa de Marfil) y el pequeño de siete hermanos, emergió como una estrella en ciernes en el Auxerre de la mano de Roux. Una zancada demoledora y unos registros goleadores de aúpa marcaron sus inicios. Y es que el gol es para el francés toda una obsesión: "Los goles son una droga para mí. No voy a decir que es como hacer el amor, pero es más o menos parecido", ha asegurado en más de una ocasión. Su espectacular progresión no pasó inadvertida para los 'grandes' y fue el Liverpool el club que finalmente se hizo con él. En Anfield sólo pudo mostrar chispazos de talento y nunca acabó de encontrar su sitio. Primero por la gravísima lesión que frenó su adaptación y, más tarde, porque nunca se encontró a gusto de extremo con Benítez. A las puertas del Mundial de Alemania volvió a sufrir el reverso de las lesiones y tuvo que volver a empezar de cero. Con Benítez en el banquillo, Cissé optó, entonces, por regresar a Francia y el Marsella le abrió las puertas. Ahí protagonizó el curso pasado una campaña llena de altibajos en la que recibido tantas críticas como elogios. La implacable exigencia de la afición local y la aparición del joven Nancéien Kim enturbiaron su campaña. Sus escarceos nocturnos, así como sus coqueteos con el mundo de la música y la moda, salpicaron también su relación con el público. Con todo, sus números (jugó 35 partidos y marcó 16 tantos) le valieron para entrar en los planes de Doménech, aunque finalmente el técnico le dejó fuera de la última Eurocopa. "Las críticas del público sólo hacen que me motive más. Pero no hay que meter a todo el mundo en el mismo saco: los auténticos aficionados están conmigo y con el equipo", dijo de la afición del Olympique. Unos meses más tarde, Cissé ha vuelto a constatar su condición de eterno nómada con su trasvase a la Premier de la mano del Sunderland, donde jugará cedido en la Premier. ¿Y la próxima camapaña? con Cissé nunca se sabe; a él le van los cambios, empezando por su look: "Me aburro muy rápidamente y me gusta cambiarlo todo constantemente... todo menos a mi mujer".


1 comentarios:

Sergio Santomé dijo...

Las dos graves lesiones de rodilla que ha sufrido le han destrozado la carrera, pero aun así se repuso en el Marsella y a ver qué hace en el Sunderland.
Un saludo!!