jueves, 19 de marzo de 2009

Arshavin, el enésimo reto de Wenger


Era la comidilla de los futboleros más nerds desde hacía meses. En Rusia, en el Zenit, había un futbolista maradoniano. Pero ni los más optimistas esperaban una irrupción tan deslumbrante como la que tuvo en la Eurocopa. Ocurría el pasado 21 de junio. Ante Holanda. Cuando se presentó al mundo como una opera prima cinco estrellas. Con un fútbol esbelto, de toque finísimo, de plasticidad adorable. Un verdadero clínic de lo que debe ser un diez y un guiño a la historia del propio campeonato, muy dado a generar héroes fugaces.

Tras el partido arrancó el fenómeno. De repente, todo el mundo se preguntaba de dónde había salido ese tal Arshavin. Con sueldo de estrella, pero perdido en una liga menor como la rusa a los 26. Corrían muchas leyendas urbanas y todas en una dirección: "el chico tiene un carácter muy complicado", se decía. Sus primeros técnicos lo confirmaban, pero el seleccionador Hiddink, se puso de su parte: "Es un jugador con carisma. Tiene el don de llamar la atención a todo el mundo. Sabe destacarse. Tener a un futbolista de su calidad es imprescindible".

Consciente de su magnitud en el equipo, el holandés optó por darle todas las libertades a este chico de barrio amante del poquer y el whisky escocés. Lo mismo ocurría en el Zenit, donde un compatriota suyo, el también orange Dick Advocaat, le daba ciertos privilegios en los entrenamientos.

Su aportación en la Eurocopa sin embargo pesó más que su leyenda negra y los grandes se lanzaron a por él. Primero preguntó el Barcelona, su equipo preferido desde niño. Y le siguieron Madrid, Manchester y Chelsea. Pero las pretensiones del Zenit y la ficha del futbolista (3'5 millones anuales) torpedearon todas las negociaciones el pasado verano.

Harto de la actitutd de su club, Arshavin pasó los primeros meses de esta temporada con sobrepeso, desafiando a los directivos con no jugar y esperando un último tren que no llegaba. Pasada la fiebre veraniega, nadie estaba por la labor de pagar un dineral por sus servicios. Pero finalmente Wenger, especialista en recuperar talentos en problemas, se cruzó en su camino y el ruso es del Arsenal desde hace unas semanas. 15 millones de euros tienen la culpa.

Por lo pronto, ya se ha estrenado como goleador y ha dejado detalles de su potencial. Lo tiene todo para triunfar: una liga perfecta para sus características y el mejor mentor. Veremos si Wenger es capaz de sacar el mejor rendimiento posible a otro espíritu libre muy particular.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un grande. Lo sigo desde hace años y le he visto cosas de superfutbolista. Juega con la pelota pegada. A veces me recuerda a Messi